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20 noviembre, 2025Compartimos esta noticia de Gaceta de Salud sobre la investigación liderada por Alberto Jiménez Schuhmacher en la que se han desarrollado nanoanticuerpos derivados de proteínas de dromedario para crear “drones” capaces de localizar y atacar células de cáncer de próstata
Del Sáhara a ser clave en la lucha contra el cáncer de próstata. El dromedario, ese famoso animal que visualizamos en el desierto y que tiene una joroba (no confundir con los camellos que tienen dos), resulta ser esencial en una investigación que se está llevando a cabo en España. Alberto Jiménez Schuhmacher, investigador de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (Araid) en el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (ISS), explica a Gaceta de Salud cómo los anticuerpos que tienen estos mamíferos han sido fundamentales en la creación de nanomoléculas que transportan los «drones», entrenados para detectar y atacar selectivamente células tumorales, dentro del campo de la Oncología Molecular. Un proyecto pionero a nivel internacional que aplica la nanotecnología al diagnóstico y tratamiento del tumor más frecuente en hombres.
«Llevamos varios años desarrollando unas moléculas que se pegan al tumor si, y sólo si, tiene unas determinadas características. Podemos transportar cosas hasta el tumor, como si fueran «drones» de reparto. Para este proyecto queremos que lleven lutecio radioactivo hasta la localización del cáncer para hacer dos cosas. Por un lado, poder verlo con un escáner; y por otro, al acumularlo en el tumor, podría funcionar como si fuera una radioterapia, pero pegada solo al tumor», detalla el experto.
Cada año, en España se detectan 35.000 nuevos casos de cáncer de próstata. No obstante, su pronóstico suele ser bueno en la mayoría de pacientes, si se detecta a tiempo. Pero todavía existen pacientes que se escapan de esta eficacia terapéutica y, por ello, se precisan nuevos enfoques y tratamientos.
¿Cómo se han creado estos «drones»? En palabras de Jiménez Schuhmacher, son anticuerpos «muy especiales». Han sido diseñados en el laboratorio partiendo de las proteínas de dromedarios, aunque aclara que los animales no han sufrido daño durante el proceso, pero ellos tienen unos anticuerpos pequeños y con unas propiedades bioquímicas que necesitan para estas aplicaciones. Una vez que los han obtenido, reducen todavía más su tamaño, lo que se denomina como nanoanticuerpos y estos son los famosos «drones» que utilizan.
«El objetivo es unir lutecio a los nanoanticuerpos para que lo transporten, una vez inyectados en un paciente, hasta el tumor. Están diseñados para pegarse solo a las células tumorales y el resto se eliminará del cuerpo muy rápido. Como se acumularán en el tumor podremos detectarlos con un escáner que identifica lutecio y haremos una foto en 3D. Además, este elemento químico lanza rayos que rompen el ADN de las células que tiene cerca, como si fuera radioterapia, haciendo que las células malas se suiciden«, explica el investigador.
IA y aplicación en otros tumores
La inteligencia artificial, aunque no es parte directa del proyecto, sí que ha sido necesaria para poder elegir la diana que atacar con los nanoanticuerpos y en el futuro servirá para mejorar la imagen que obtengan del escáner y ayudará a los investigadores a mejorar la precisión de los «drones». «La IA está permeando prácticamente en cada etapa de nuestros proyectos en el laboratorio, aunque todavía nos queda mucha ‘fontanería’ y artesanía en nuestro día a día», asegura el científico que también es el jefe del Grupo de Oncología Molecular en el IIS Aragón.
Este proyecto ha recibido un gran impulso económico hace apenas unos días, ya que la marca aragonesa Alejandro Moda ha anunciado que destinará una parte de sus ganancias a esta investigación a través de una beca. «El apoyo económico va a ser muchísimo mayor de lo que podíamos anticipar, así que hemos empezado a imaginar, soñar despiertos con unas ideas algo alocadas pero que podrían tener un gran impacto. Como desarrollar algunos nuevos modelos para cáncer de próstata derivados de muestras de pacientes, para que tengamos más garantías de éxito e impacto», señala Jiménez Schuhmacher.
La fase actual se centra en pegar lutecio a los nanoanticuerpos y asegurarse de que siguen reconociendo la diana para la que fueron diseñados. La incógnita será si estos drones podrán llegar también a otros tipos de cáncer, que no sea el de próstata. Según apunta Jiménez Schuhmacher, sobre el papel debería servir para todos los tumores que tengan la diana a la que se unen los nanoanticuerpos, pero se muestra precavido y afirma que quieren ir «paso a paso».
Fuente: Gaceta de Salud




